El Oro de Mallorca

El barco blanco de la Compa a Isle a Mar tima se hallaba anclado cerca del muelle marsell s. El sol del mediod a estaba esquivo en la fresca ma ana. Acompa ado de un amigo, Benjam n Itaspes fue a bordo, se posesion de su camarote, entreg su equipaje. Como ya se iba a partir, se despidi del amigo y se puso a pasear sobre cubierta. l era el nico pasajero de primera. Por la proa, escasa gente, toda mallorquina y catalana, posiblemente del peque o comercio, conversaban en su spera lengua. El vapor era limpio y bien tenido; con todo, hab a un vago olor muy madre-patria... La cocina estaba sobre el entrepuente y se ve a a un cocinero s rdido manejar perniles y pescados. A un lado suyo, en una especie de jaula, hab a cecinas; sobreasadas, cebollas, pimientos rojos y salchichones. De cuando en cuando sal a un fogonero, todo negro, de una puerta lateral. Cog a un botijo que hab a al alcance de su mano, y beb a a chorro. Luego volv a a descender a su carbonera...